Las botellas y los hombres, la virtud del perdón

En los años 50, Perú estaba padeciendo de una de las más grandes migraciones de la Sierra y los Andes hacia la capital del Perú, Lima. Es ahí en donde hay un choque cultural entre las personas de ciudad y las pertenecientes a las ruralidades del Perú, donde los limeños eran quienes discriminaba a los “serranos” por su habla, costumbres y posición socio-económica.

Sin embargo, para el escritor, Julio Ramón Ribeyro, este era un tema del cual se tiene bastante para hablar. En su obra “La palabra del Mudo” (tomo I y II), toca temas sobre la marginación y la discriminación, en donde la sociedad juega un rol importante en la vida de los protagonistas de sus historias, mostrando los diferentes tipos de problemas que las personas privadas de la palabra sufren día a día, dentro de una época marcada por el realismo social y la crítica a los aspectos más sórdidos de la vida política y social. Y dentro de su libro se encuentra uno de sus más destacados cuentos titulado “Las Botellas y los hombres”.

Presentación del cuento "Las Botellas y los Hombres"

Este cuento nos presenta a Luciano, un joven que se encuentra en un club de clase social alto, donde le anuncian que alguien lo está esperando en la puerta. Ahí se encuentra con un tipo desaliñado, con mal aspecto, que en comparación con los demás, denotaba la carencia de medios, a quién luego nos presenta como su padre. Contando un trasfondo de abandono paterno y es ahí donde se conoce que Luciano tiene cierto rencor hacia su padre.

Después de encontrarse, se dirigieron hacia un bar, en donde su padre conocía a todos y presenta orgullosamente a Luciano. Durante la conversación, el padre comienza a mentir frente a los presentes sobre su hijo y él, “si es que entre tragos y botellas se crean mundos ficticios”. Conforme pasaba el tiempo, los tragos aumentaban; Luciano, a pesar del rencor que le guardaba a su padre, sintió cierta admiración al verlo jugar y vencer a sus adversarios sin ninguna dificultad.

A petición de Luciano, se dirigieron al club “Once Amigos Bolognesi” en la Victoria. Ahí todos tomaron y entre copas, Luciano besa a su padre en la boca por la admiración que sentía, dejando a todos atónitos. Sin embargo, toda esa admiración es eclipsada por la confesión de su padre; recordándole sucesos dolorosos de su pasado a Luciano.

—Hace ocho o diez años que no le veo ni el bulto —prosiguió el viejo, dirigiéndose a los amigos—. ¡Cómo corre el tiempo! Nos hacemos viejos… ¿No queda más champán para mí?… Vivíamos en un callejón, vivíamos como cerdos, ¿no es verdad, Luciano? Yo no podía aguantar eso… un hombre como yo, en fin, sin libertad… viendo siempre la misma cara, el mismo olor a mujer, qué mierda, había que conocer mundo y me fui… Sí, señores, ¡me fui!

~Fragmento de la obra “Los hombres y las botellas”

Sin embargo, esta no fue la razón del porqué, Luciano, luego de escuchar a su padre lo golpea. Sino, entre los recuerdos de su pasado, Luciano llega a admirar la fortaleza de su madre y el cómo ella logró salvarlo de tener una vida miserable. Y no fue hasta que el último comentario de su padre, que llegó a ser la gota que derramó el vaso.

Luciano apretó la copa deseando que reventara entre sus dedos. El cristal resistió.
—Además… —continuó el viejo, sonriendo con sorna—, yo, yo… ella, con el perdón de Luciano, pero la verdad es que ella, ustedes comprenden, ella…
—¡Calla! —gritó Luciano, poniéndose de pie.
—¡…ella se acostaba con todo el mundo!

~Fragmento de la obra “Los hombres y las botellas”

Empezó una pelea de puñetazos entre padre e hijo, para luego salir del local en busca de un lugar adecuado para seguir su pelea. Luciano recibió un buen golpe a lo cual respondió con uno igual o mayor intensidad. Su padre, ya en el suelo, retorciéndose del dolor. Luciano tomó distancia y al regresar a verlo, se dio cuenta que estaba dormido. Se compadeció de él y dejó en su dedo un anillo con un rubí que él llevaba. Alejándose, regreso al bar.

Análisis del cuento

En este cuento, el autor nos da como tema central, abuso y abandono familiar, además de adicción a las bebidas alcohólicas. Algo muy común en las familias peruanas de clase social media baja o baja, las cuales los hombres se consideraban con mucho poder por sobre las mujeres. Por otro lado también es marcado la referencia a las diferentes clases sociales y cómo estas se mueven entre los hombres.

Es así como se resaltan las ideas de marginación, superioridad, pero sobre todo falta de identidad de los personajes. Esto no solo visto en esta obra, sino también en el cuento “Alienación” y “Tela de Araña”, cuentos que también fueron analizados y que encontradas en las parte de abajo. Así mismo, el autor nos muestra otro tipo de sentimientos contrarios a los ya mencionados, como; el amor, el odio, el egoísmo y la valentía.

Por un lado, tenemos al padre del protagonista, que se muestra como un buen padre frente a los amigos de su hijo, solo para poder pedirle dinero. Sin embargo, termina mostrándose tal cual es después de una copas de más, para terminar como siempre lastimando los sentimientos de su hijo hablando mal de su madre. Demostrándole una ves más, que sigue siendo él mismo, después de años.

Por otro lado, tenemos al hijo, el protagonista, que muestra compasión y esperanza hacía su padre. Esperando que él haya cambiado y logren comenzar otra vez, por ello lo besa, sin embargo, el como este hace referencia a su madre, logra abrir heridas pasadas y revivirlas, surgiendo ira y rencor así su padre. Pero él toma conciencia y reconoce que su padre seguirá siendo igual que siempre y nunca cambiará, por ello compadecido de él, se da su anillo y decide irse. Tal vez, perdonando y dejando ir a la persona que él más quería pero que siempre lo termina traicionando.

En conclusión, Ribeyro en sus cuentos logra contar y replicar la sociedad peruana de los marginados y mudos, los que tienen traumas y problemas que aún no los deja seguir adelante, pero como todo en la vida, el autor termina haciendo un énfasis en las nuevas decisiones de sus protagonistas, ya sea que estos hayan muerto o estén por terminar en un final peor, pero Ribeyro es realista y nos deja con ese sentimiento de preocupación y curiosidad, además de cuestionarnos las decisiones de sus personajes, dejándonos una indirecta o pista de lo que pasará.

Historias melancólicas que dejan al lector a cuestionarse su vida y entre líneas esta seguro de la moraleja escondida que le deja el autor. Y la más grande virtud que uno puede poseer es la del perdón.

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